¿Cistitis en invierno?
Hoy le vamos a dedicar un capítulo a una molesta disfunción que tiene una estrecha relación con el verano, pero que debido al frío y la humedad del invierno también es muy recurrente en el frío invierno.
En estas épocas más frías también es fundamental cuidar de la vejiga y el aparato reproductor ya que el frío y la humedad vulnerabilizan estos órganos.
Las afecciones renales pueden estar relacionadas con el frío, y no solo el frío externo, sino que es justamente el frío interno, el que nos producen los alimentos, el que enfría al organismo.
La cistitits es una inflamación o infección de la vejiga que puede ser aguda o cronificarse. Siempre que en medicina una palabra termine en -itis indica que existe una inflamación o una infección). La mayoría de las veces, la inflamación es causada por una infección bacteriana y se llama “infección urinaria” producida por la bacteria “Escherichia coli”. Una infección en la vejiga puede ser dolorosa y molesta y puede volverse un problema de salud grave si la infección se disemina a los riñones.
Sabrás que tienes una cistitis si tienes varios de estos síntomas:
- Necesidad imperiosa y constante de orinar.
- Sensación de ardor al orinar.
- Orinar frecuentemente en pequeñas cantidades.
- Hematuria: sangre en la orina.
- Orina turbia y con olor fuerte.
- Molestias pélvicas.
- Sensación de presión en la parte inferior del abdomen.
Normalmente cuando hay cistitis el tratamiento indicado es el de antibióticos, aumentar la ingesta de agua, realizar actividad física moderada… pero la realidad es que estos tratamientos no curan del todo la cistitis y casi siempre se vuelve recurrente. Además, tomar antibióticos desestabiliza la flora microbacteriana del cuerpo y aparecen infecciones micóticas.
Podríamos enumerar como algunas causas de la cistitis:
-La ingesta de antibióticos.
- Una bajada de defensas.
- Una dieta inadecuada.
Desde el punto de vista de la macrobiótica una alimentación de naturaleza muy yin expansiva, especialmente en los meses fríos de otoño e invierno, así́ como todos los alimento y sustancias acidificadoras son la causa subyacente a la cistitis.
Por ejemplo, algunos alimentos acidificantes y enfriantes son:
- Azúcar refinado
- Azúcares simples
- Bebidas y refrescos azucarados.
- Café
- Productos lácteos
- Chocolate
- Alcohol
Para ayudar a combatir la cistitis hemos de tomar comida que alcalinice el organismo y que genere calor interior.
Te dejo algunos consejos que te pueden servir:
1. En la dieta, utiliza judías arriñonadas como las azuki.
2. Tomar cada día sopa de miso caliente.
3. Tomar verduras bien cocinadas.
4. Tomar cereales cocidos en grano como el trigo sarraceno, el mijo o el arroz rojo.
5. Cereales y legumbres de color negro.
6. Tomar fermentados no pasteurizados en pequeñas cantidades ya que los probióticos o alimentos fermentados también pueden desestabilizar la flora.
Remedios caseros contra la cistitis:
Para combatir una cistitis hemos de tomar comida que nos alcalinice el organismo y que genere calor interior.
1- Consum judías arriñonadas (son diuréticas).
2- Toma cada día sopa de miso caliente ( para reponer líquidos).
3- Prepara las verduras bien cocinadas.
4- Elige cereales en grano, especialmente, trigo sarraceno, mijo, arroz rojo y legumbres de color negro. 5- Los fermentados no pasteurizados son indicados solo en pequeñas cantidades.
Bebidas que podemos usar:
1. Bebida de kuzu con ciruela de umeboshi y tamari.
2. Té de azukis con el agua de la cocción de estas judías.
3. Infusión de guayaba. Si la cistitis es recurrente, toma arándanos rojos secos o frescos.
¿Qué más podemos hacer?
1. Es importante mantener la zona de los riñones caliente en invierno. Una buena idea es una faja alrededor de la zona.
2. Prepara un baño de asiento con dos litros de agua hirviendo, un puñado de alga arame y una pizca de sal. Hacer infusionar 10 minutos, colar y eliminar las algas. Verter el líquido en un barreño e introducir la cadera hasta antes del ombligo en el agua lo más caliente que se pueda resistir durante unos 20 minutos sin llegar a quemarse.
3. En caso de resistencia a los tratamientos, aplicar directamente una ciruela de umeboshi en la vagina.
4. Aplicar té de árbol del té.
Recetas macrobióticas con ingredientes que cuidan de riñones, aparato urogenital y órganos reproductores:
Estofado de judías con amaranto.
Un plato altamente nutritivo, revitalizador y que imprime calor profundo.
Ingrédients :
1 vaso de alubias de Tolosa en remojo
3 zanahorias
1 puerro con su parte verde
Aceite de oliva
Un poco de jengibre
Un poco de cúrcuma
3 cucharadas de amaranto en grano
Sel
Perejil
Una pastilla de mochi
Preparación:
1. Dejar en remojo las alubias.
2. Cortar la verdura en trozos grandes.
3. Saltearla con el aceite e incluir el jengibre y la cúrcuma.
4. Incorporar las judías y el amaranto y añadir agua que lo cubra todo y pase dos dedos por encima.
5. Cocer en la olla rápida durante 10 minutos a llama alta y 30 minutos a llama baja. Añadir sal, dejar cociendo con la olla destapada 5 minutos más.
6. Paralelamente llevar el mochi a una sartén pincelada con aceite y dorar por los dos lados.
7. Poner el mochi en un cuenco y verter el preparado por encima. Terminar con un poco de perejil.
Crema de col morada con arándanos
Ingrédients :
4 cebollas rojas
200 g de col morada
Un puñado de arándanos
Sel
Gingembre
Concentrado de manzana
Preparación:
1. Cortar las cebollas finas en media luna.
2. Cortar la col del mismo tamaño.
3. Añadir una cazuela con un poco de aceite.
4. Saltear las cebollas y la col con un poco de sal.
5. Hacer una reducción de la cebolla y la col
6. Añadir agua y triturar.
7. Servir con arándanos frescos y concentrado de manzana tipo salsa.
Puré de zanahoria al miso de garbanzo
Ingrédients :
5 zanahorias
4 cebollas
Un puñado de orejones previamente remojados
Aceite de sésamo
Un puñado de berros
Una pizca de sal
Pimienta
Preparación:
1. Cortar las zanahorias y las cebollas.
2. Añadir el aceite de sésamo a una cazuela y rehogar las verduras con una pizca de sal.
3. Bajar el fuego y añadir un poco de agua. Tapar y cocer hasta que estén blanditas las zanahorias.
4. Incorporar los orejones y seguir cocinando 5 minutos más.
5. Triturar y servir con un toque de pimienta y los berros.
Salud y enfermedad dos caras de una misma moneda
La salud es la capacidad que tiene nuestro cuerpo para adaptarse a los cambios de una manera fluida. Además, es un estado de armonización activa con nuestro medio ambiente.
Por otro lado, la enfermedad es esa condición que aparece cuando se altera ese equilibrio que es la salud. Es un intento del organismo de defenderse de las agresiones externas: agentes patógenos, condiciones ambientales… Sin embargo, a veces las toxinas a eliminar son superiores a la propia capacidad de eliminación y la disfunción se vuelve crónica o fatal No pasamos de estar bien hoy y estar enfermos mañana, sino que esta condición se va instaurando de una forma progresiva cuando el flujo de materia y energía se ve alterado.
¿Qué mecanismos usa nuestro cuerpo contra la enfermedad?
La excreción es el primer mecanismo que tiene nuestro organismo para mantener la salud es la capacidad de eliminación de toxinas. Para eso tenemos las vías emuntoriales: a través de los intestinos eliminamos los residuos sólidos, los riñones son los encargados de eliminar los líquidos y nuestros pulmones eliminan los gases de la respiración.
De modo que cuando gozamos de buena salud, eliminamos de forma normal a través de la orina, las heces, el sudor, la actividad física, la expresión, las actitudes mentales… y las mujeres, además, a través de la menstruación.
Cuando existe una inflamación estamos hablando de una eliminación anormal o excesiva. Al aumentar la cantidad de residuos y/o de toxinas, nuestros órganos reaccionan inflamándose y dan lugar a fiebre, tos, diarrea, exceso de orina, o carencia de orina, sudoración, temblores, estremecimientos, pesadillas, conductas anormales…. Es muy importante interpretar la inflamación como el mecanismo de reacción que tiene nuestro cuerpo para eliminar los residuos.
Si los excesos continúan y los riñones no son capaces de eliminar tanta carga tóxica aparecen los problemas en la piel. Son manifestaciones comunes las manchas, pecas, lunares, verrugas… o el acné, dermatitis, eccema, psoriasis…
Si no corregimos nuestros hábitos alimenticios y utilizamos antiinflamatorios de forma continuada bloquemos la reacción del cuerpo de eliminar las toxinas a través de la piel con lo que la enfermedad pasa al siguiente estadio.
La deposición: cuando la inflamación se mantiene y nuestra capacidad de eliminación se colapsa entramos en una nueva etapa y las toxinas se depositan almacenándose en órganos cada vez más alejados de las vías de eliminación.
Las primeras acumulaciones aparecen en la garganta, nariz, oídos y senos nasales descendiendo poco a poco a los bronquios y los pulmones. Cuando las toxinas se alojan en el pecho dan lugar a las bronquitis y las neumonías. Otro lugar de acumulación en las mujeres son las mamas. Aquí se depositan los excesos de grasas y proteínas dando lugar a los fibromas…
Conforme nos hacemos mayores, pueden aparecer acumulaciones de toxinas en la vesícula biliar o en los riñones: son los temidos cálculos. Los riñones pueden estar semi obstruidos por excesos de grasa o de sal.
Los órganos sexuales son también lugares de acumulación. En los hombres principalmente la próstata y en las mujeres los ovarios, el útero, la vejiga, vagina y las trompas.
Los depósitos de toxinas como los pólipos, nódulos, fibromas, adenomas, cálculos… se denominan benignos ya que, en esta etapa del desarrollo de la enfermedad, todavía no se han dañado las estructuras celulares.
Las fases celulares
Si los hábitos de vida erróneos continúan, las toxinas o los excesos van a alterar todas las estructuras de la célula desde la membrana, pasando por las mitocondrias… hasta el mismo núcleo celular. En esta fase aparecen las enfermedades degenerativas que son las principales causas de muerte en los países ricos.
Son manifestaciones de esta etapa las enfermedades cardiovasculares, muchas infecciones víricas, la cirrosis, el asma, el lupus y todas las formas de cáncer. Los daños estructurales que aparecen en las células en esta etapa son responsables de las alteraciones metabólicas que dan lugar a las enfermedades de peor pronóstico.
La macrobiótica con una amplia visión de la salud y la enfermedad desde la comprensión energética considera también que, según la época del año y la influencia atmosférica, hay más susceptibilidad a sufrir determinadas disfunciones de ajuste con su respectiva descarga emuntoria.
En otoño las disfunciones más frecuentes son todas las relacionadas con el aparato respiratorio y sistema pulmonar, en primavera las alergias son las protagonistas, mientras que en verano las disfunciones del sistema circulatorio son las más comunes, en invierno las afecciones renales y vesicales se llevan la palma.
Artículo escrito por Patricia Restrepo, directora del Instituto de Macrobiótica de España.